¿CÓMO SE RESUELVEN NUESTROS CONFLICTOS INTERNOS?
Todos
tenemos en nuestro interior un otro de nosotros mismos, una parte de
nuestra personalidad que no reconocemos como nuestra, porque
albergamos deseos inconscientes que son intolerables e irreconocibles
para nosotros y que entran en conflicto con esa otra parte de nuestra
razón o “lógica”, la moral. Lo podemos comprobar en nuestro
diálogo interior. Freud nos dice que hay tres métodos para resolver
estos conflictos internos, tres mecanismos que el Yo utiliza para
llevar a cabo esta conciliación: por una parte está la represión,
por otra la identificación y por otra la sublimación.
La
represión. La represión es necesaria para el desarrollo del ser
humano, pero es
el método menos eficaz para esa conciliación, porque el deseo reprimido sigue buscando
descarga y es inmune a la crítica de la razón, pues está en otro
plano diferente a la conciencia. Como consecuencia de ese aislamiento
se acumula gran cantidad de líbido y va buscando una salida. Esto
puede explicar porqué, por ejemplo, la hostilidad reprimida hacia el
padre hace que ante la figura de un padre sustitutivo, un
representante paterno (ej jefe, profesor, etc.) lleve a un odio
violento e irrazonable. También puede explicar la dificultad de
mantener relaciones amistosas con personas de intelecto o posición
superior.
La
identificación. Es un mecanismo muy importante en la formación
del Yo. A través de la indentificación se toman rasgos de los otros
que ponen en juego el deseo y nos transforma en los procesos de
crecimiento. Es esencial en nuestro desarrollo. Lo reprimido puede tener salida a través de la
identificación, de manera que, aplicado al ejemplo anterior, se
identifica al padre para erigir un Superyó, es decir, se instaura la
moral.
También puede ocurrir que una persona se identifique con los síntomas de otra, como ocurre con la histeria. Este mecanismo también es determinante en la depresión.
También puede ocurrir que una persona se identifique con los síntomas de otra, como ocurre con la histeria. Este mecanismo también es determinante en la depresión.
Sublimación.
Consiste en poner a disposición toda esa energía o líbido, que son
los deseos inconscientes reprimidos, la sexualidad infantil
reprimida, a favor de la labor cultural. Cambiar un fin por otro, y
éste, psíquicamente afín al primero, y eso es la capacidad de
sublimar. La neurosis se caracteriza por quedarse en la fantasía, en lugar de sublimar, transformar la realidad a través del trabajo, como con una obra de arte, con la
investigación, el estudio, el trabajo...Este mecanismo es la base de
la cultura y del amor civilizado: dar lo que no se tiene a quien no
es.
A través del tratamiento psicoanalítico es que se produce una verdadera transformación de la persona y, como consecuencia, la cura en los trastornos psíquicos. Un desciframiento y resolución de los síntomas que esconden esos conflictos. Eso que se denomina "personalidad", y que hace de justificación para seguir en la sintomatología, es esa manera de resolver o renunciar a esos deseos inconscientes reprimidos, a través de los mecanismos psíquicos y, en muchos casos, anclarse en la enfermedad.
A través del tratamiento psicoanalítico es que se produce una verdadera transformación de la persona y, como consecuencia, la cura en los trastornos psíquicos. Un desciframiento y resolución de los síntomas que esconden esos conflictos. Eso que se denomina "personalidad", y que hace de justificación para seguir en la sintomatología, es esa manera de resolver o renunciar a esos deseos inconscientes reprimidos, a través de los mecanismos psíquicos y, en muchos casos, anclarse en la enfermedad.
Laura
López Psicoanalista Grupo Cero
Telf
610865355
Valioso aporte. Muchas gracias.
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