NO ES POR CRITICAR

“Ni por ofender... solamente es porque no me cae bien, es de esta manera, de otra...y no lo soporto”. La tolerancia brilla por su ausencia en estas frases, donde el rencor, el odio, la envidia hacen su presencia, cuando en realidad lo que está en juego es aquello que admiro, aquello que deseo y que no reconozco, disfrazando nuestras propias carencias, proyectándolas, en esa crítica al otro, un espejo donde el reflejo es mi propio disfraz. En el texto de Freud llamado “Narcisismo de las pequeñas diferencias”, habla de que la diferencia con el otro es concebida como una amenaza, ya que tendemos a odiar más a las personas que se parecen más a nosotros que las que más se diferencian. Es una obsesión por distinguirnos de aquello que rechazamos en nosotros mismos. Si no asumimos nuestras faltas, caemos en duras críticas al prójimo, incluso en la agresividad... porque lo que nos es indiferente, no hace que posemos la mirada en ello. Así se facilita una cohesión entre los miembros del grupo al que se pertenece (por ejemplo de personas con una misma ideología), una ilusión en forma de egoísmo, donde lo diferente, provoca rechazo por la amenaza que supone el reconocer que quizás algo en mí debiera considerar y modificar. Dejemos de hablar en el otro de nosotros mismos y aprendamos a amar esas pequeñas diferencias.
Laura López psicóloga-psicoanalista
lauralopez@psicoanalistaenmalaga.com
610865355

Comentarios

Entradas populares