VIOLENCIA FAMILIAR: ¿CÁRCEL DE PALABRAS?





La violencia en el seno familiar ha experimentado un importante incremento en las dos últimas décadas. Son más de 2,5 millones en España (el 16,5% de la población femenina) que confiesan haber sido víctimas de maltrato en algún momento de su vida. El problema aún sigue vigente, y las medidas adoptadas hasta el momento no han logrado eliminar tan dramática y triste situación. ¿Qué está pasando?¿Hay tal vez algo que se escapa, que aún no se ha tenido en cuenta? Vivimos una época en la que la información y la educación hacen especial hincapié en aspectos como la igualdad, la conciliación, la violencia, la erradicación del machismo... Es muy paradójico que aún así incluso los niveles de violencia sigan siendo tan significativos. Hay algo más que pulsa en el sujeto psíquico que, a parte de la educación, a nivel de conciencia, de conocimiento, sobredetermina. Es un tema muy complejo que, en ocasiones, se despliega de una manera muy simplista, globalizadora, en torno a significantes del orden de víctima, maltratador, perfiles psicológicos, personalidades de cada uno, fases o ciclos de la violencia, posibles causas y consecuencias. Pero no hay dos situaciones iguales, ni dos imaginarios iguales, es IMPRESCINDIBLE una escucha psicoanalítica, que dé cuenta de los procesos psíquicos que hay en juego, si no, es imposible llegar a comprender la magnitud y la IMPLICACIÓN que hay en cada parte de esta dramática situación. Ojo, implicación, que es MUY DIFERENTE A CULPABILIZAR. Esto quiere decir que hay que dejar atrás discursos ideológicos donde más que buscar soluciones y transformar esa situación donde cada una de las partes juegan un papel en el drama, se le encasillan en términos de “victimización pasiva en manos de una pareja violenta”. Más que violencia machista o de género, habría que hablar de una violencia familiar, porque ocurre en la pareja, no por el hecho de que sea una mujer, sino porque mantiene una relación con el agresor, eso es indispensable. La independencia económica, el nivel socio-cultural, la edad, deberían, supuestamente, ser elementos excluyentes en su desarrollo. Hay circunstancias que se achacan a la falta de cultura, de autonomía económica, pero no es siempre así, no es causa-efecto. ¿Cuántos programas hay en la educación a los jóvenes para que no se dé este tipo de sintomatología y en cambio sigue existiendo?¿Cómo una mujer con una independencia económica, con un nivel sociocultural alto puede llegar a tolerar que su pareja sobrepase los límites? La mayor parte de las mujeres permanecen en esta situación durante años e incluso vuelven con ellos cuando los han abandonado en un momento determinado. Otro hecho a destacar es que incluso llega a repetirse el patrón con otras parejas. Es algo inexplicable desde la razón y que sólo el psicoanálisis viene a desvelar. Hay factores psíquicos que independientemente de la situación externa que pueda vivir, la anclan en esa relación. Hay una implicación muy importante de ambas partes. No hay verdugo sin víctima.
La mujer en su posición de ser amada es capaz de tolerar lo intolerable por un poco de amor. Ahí es, sobre todo víctima pero de su forma de pensar el amor, cuyo efecto o resultado es permanecer con el agresor, no poner límites a situaciones insostenibles. La libertad no te la dan ni te la quitan, uno ha de conquistarla . En lugar de someterse al deseo del otro, dejarse llevar por el suyo propio. Desanudarlo la hará más libre y podrá responder con otras frases, con otras palabras. Porque ¿no será que hay algo en su moral, en su forma de pensar que hace que inconscientemente busque en ese tipo de relación, ese corte de las alas de su deseo y a ese sometimiento que anula sus propias decisiones para no hacerse cargo de su deseo? Ahí es donde la sexualidad ha de dar un giro, sumar: reproducción pero también producción de deseo. Hay prejuicios y maneras de pensar que tienen como resultado atarse a una persona de manera ciega. Reconciliar esta parte tan desconocida que asoma en forma de síntoma con la realidad y con el otro hará que en el encuentro un no a tiempo y otras frases cambien el drama de la historia porque ya algo se ha transformado en su interior. Si la mujer comienza a conocer esas frases, a hablar en la terapia de cosas que no hubiera si quiera imaginado, pero que surgen, esa ideología que la llevan a no cuidar sus relaciones amorosas, que las desvían a otra cosa, a una vía al sometimiento, hará que se desencadene y sea libre de ese sentimiento de propiedad del otro, amparado en los celos.
No se trata ahora de despreciar lo masculino ni tampoco lo femenino. Lo masculino y lo femenino han de ser incluidos en la sociedad, somos semejantes y diferentes pero no desiguales y en las relaciones vemos cómo se despliega la ideología de cada cual. Es muy necesario que siga habiendo educación, penas para los agresores, centros en instituciones que brinden ayuda, pero sobre todo el psicoanálisis que permita la transformación de esa posición psíquica porque un sentimiento de culpa inconsciente (que por un lado abrigamos todos) puede llevar incluso a la búsqueda de un castigo. Y la culpa está muy presente en las mujeres maltratadas. “Muerto el tirano, el tirano era yo.”
Laura López psicóloga-psicoanalista
Telf. 610 86 53 55



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