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PSICOLOGÍA - PSICOANÁLISIS - TERAPIA PSICOLÓGICA - SALUD MENTAL
LA INQUISICIÓN DEL SIGLO XXI. APUNTES SOBRE LA SOLIDARIDAD
Llegar a la vida y aceptar ser un
privilegiado, porque antes que nosotros, otros hicieron para que pudiéramos disfrutar
de las cosas que hacemos, no es fácil. Leyendo a Freud surge en mí la necesidad de
conversar acerca de tantas cuestiones que tienen que ver con todos nosotros. Es
necesario saber desde qué lugar se
pronuncia nuestro discurso, desde dónde se habla, qué pensamientos dirigen tus pasos.
Opinión tiene todo el mundo, pero partir desde la ciencia, conlleva incluso una
lucha con nuestros gustos, con nuestros sentimientos, esos que nos nublan y nos
hacen creer que eso que pienso es “coherente”.
Cuando el niño, a través del
mecanismo de identificación, en la fase del espejo, ve un entero en la imagen
reflejada, y no un ser fragmentado, ahí se instaura la agresividad.Se da cuenta que sin otro es imposible. La
envidia acontece en la atribución de que hay algo que al otro le completa,en eso que cree que cubre la falta.Por eso es que se puede envidiar hasta una
enfermedad, la imbecilidad…el ser más, o tener, dependiendo de la posición si
es masculina o femenina. La femenina es más del orden del ser y la masculina
más del tener. Es una relación dual y de destruir aquello que se cree que
completa al otro. No es que lo deseo, deseo que el otro nose satisfaga, que cubra lo que supuestamente
le falta. Por eso es que los celos son más civilizados, donde ya hay la
inclusión de un tercero. Detrás de los celos hay un deseo, y si es reconocido, puede trabajarse para
conseguirlo. Lo que ocurre que estos afectos son muy intolerados por nuestra
moral (queremos ser tan buenos), y ahí entra el mecanismo de la represión, que
hace que se releguen a un plano inconsciente y, cuando esa represión falla,
puede convertirse, en el caso de los celos, en un delirio por ejemplo. Creer
que el otro te “engaña” cuando en realidad es tu deseo no reconocido. O ser un
justiciero en el orden del bien,golpecitos en el pecho de falsa moral, que esconden una envidia hacia el
otro.
Envidia también es negar el trabajo que uno realiza para estar en
la posición en la que se encuentra, a esa ilusión de completud que le atribuye,
por eso es que a veces lo haragán, la pereza, la queja por la suerte de los
demás, esconden en realidad este
sentimiento tan intolerado. Transformar la envidia en admiración tiene que ver
con la solidaridad, la generosidad de la función poética, en cuanto a la
creación, o el arte, la investigación…perderle el asco a los otros, incluirlos en el camino de la
civilización y del enriquecimiento. El
Psicoanálisis puntualiza esto con la sublimación, un mecanismo mediante el cual
la energía sexual, la líbido, se canaliza hacia la investigación, la creación,
el arte, la cultura…incluso como camino para la felicidad, para soliviantar los
sufrimientos que nos proporciona la vida. Un neurótico se queda en la fantasía, y el poeta,
la utiliza para ofrecer un placer estético, una liberación de la represión para
el que puede recibirlo.
Sigmund Freudnos dijo que El primer humano que
insultó a su enemigo en vez de tirarle una piedra fue el fundador de la civilización.
El altruismo se sustenta en la envidia, una transformación de la misma. En
épocas primitivas se eliminaba una y otra vez al otro para ocupar el lugar del
padre, hasta que llegó un momento en el que unirse a los demás permitió
establecer un orden. La agresividad
y la envidia tienen que ver también con eso, con pensar que hay un único lugar
en el mundo, es decir, ese lugar con la madre, cuando en el mundo caben muchas
personas y hay muchos lugares.
En el discurso pronunciado por
Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo, nos
decía: “No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan,
sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí
violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin
nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a
gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres
sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es
convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de
una terrible organización social.”
“ Máquinas al servicio del
Estado, es convertirlo en esclavos de una terrible organización social” resuena
en mis oídos y me hacen pensar en la Inquisición en el siglo XXI, donde la
prensa,el periodismo actual, es un
lugar donde lo sensacionalista, la prensa amarilla hace estragos. Están al servicio
de unos pocos, para que esta máquina injusta siga funcionando, para no
permitirnos enriquecernos de pensamientos que nos hagan personas cultas, grupos
de intelectuales que tengan herramientas para romper el sometimiento. El
psicoanálisis es una de esas armas, porque descentraliza, te hace ver que
muerto el tirano, el tirano eras tú. Tu forma de pensar y de posicionarte ante tu
deseo, hace que construyas una realidad u otra. ¡Qué grandes maravillas estas
que nos desvelan! Nos hace ver cómo padecemos de nuestra intolerancia hacia lo
propiamente humano. Negamos los sentimientos comunes y nos convertimos en
inquisidores , personas con padecimientos psíquicos, o aquejados de una culpa
voraz donde el castigo es el único alivio y de ahí están sus derivados: estar
con personas que no te convienen, construir fracasos, golpes continuos, etc.
Nos dice Gabriel Celaya
“Quisiera ser espacio
Quisiera ser anchura
Donde los hombres libres caminan
De uno en uno”
Libertad, palabra de 8letras, que juega en un baile de humanos a
producir la música de esta cantinela: un cabaret del despropósito, un
kukuxclanmoderno, Hítleres de bigotito
airado por el paso de estrepitosas represiones. Vaya a ser que la sociedad sea
más inteligente, y yo no sea el tuerto, porque en el reino de los ciegos, el
tuerto es el rey.
¿Cuántas persecuciones no se
hacen también en este siglo? ¿Tienen que pasar otros 40 años , 100, para que
miremos atrás y digamos: si yo hubiera vivido en esa época yo no hubiera sido
cómplice? ¿En qué medida no lo somos si cada vez que ocurre una injusticia
miramos para otro lado, no escribimos , ni denunciamos la realidad?
¿Cómo puedenasociaciones, personas, instituciones,
llamarse solidarias y no ser soldadosdel deseo y de los derechos, la cultura, y la salud de todos y todas?
¿Qué clase de amor es ese?
Inquisidores del pensamiento. Nada
es lo que parece
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