LA CULTURA SE VISTIÓ DE MÁLAGA. Homenaje al Poeta y Psicoanalista Miguel Oscar Menassa. SALUD TRABAJO Y LIBERTAD, RECITAL DE PRIMAVERA, VUELOS POÉTICOS Y CANCIONES CONTRA EL OLVIDO.
LA CULTURA SE VISTIÓ DE MÁLAGA.
Homenaje al Poeta y Psicoanalista Miguel Oscar Menassa.
SALUD TRABAJO Y LIBERTAD, RECITAL DE PRIMAVERA, VUELOS POÉTICOS Y CANCIONES CONTRA EL OLVIDO. En Málaga brillaron con luz propia, Norma Menassa, Helena Trujillo y Clemence Loonis.
Hay encuentros y vidas que son históricos, que permanecen como huella, lenguaje vivo en la humanidad. Una apertura hacia lo infinito, al enclave del amor y la ciencia, la poesía, arte y cultura, con mayúscula, verdadero enclave de la existencia, que imprime más allá de los cuerpos, en las palabras, en las enseñanzas, humanidad bien concebida, conformada en continua evolución, y que no se vende, se construye con el martillo y la hoz, con el cincel de una envergadura cósmica, más allá del tiempo presente, con la voz ancha del pueblo, la opuesta a un irrealismo estrecho, fosilizado.
Soy una afortunada por poder plasmar en la página en blanco tantos nacimientos y permanencias en la ciudad de la poesía y el psicoanálisis. No es frecuente encontrarse con tan tamaño tesoro en los senderos del vivir. Yo puedo decir que le conocí, y que sigo haciéndolo, en el abrigo de una obra que calza el porvenir por siglos. El homenaje al Poeta y Psicoanalista Miguel Oscar Menassa, maestro fallecido hace poco más de un mes, pero con su obra más viva que nunca, en sus enseñanzas magistrales, en los productos y vértices de su voz, de su irrigar profundo en su posición científica y poética. Realismo psíquico, gran creador, fundador de la Escuela de Poesía y Psicoanálisis Grupo Cero, que desde hace más de cuarenta años difunde con latir despierto una posición en el deseo, en el trabajo, vector que en el tiempo acampa en su realización.
Málaga vibró en la estela de su nombre, con brillos y la precisión de los diálogos con la conversación presente.
Transformar nuestras pequeñas mezquindades, los rituales de las contradicciones, el pulso frente a la muerte que a veces se disfraza de sin sabor y letargo: aquí se pulsa por el vivir cercano y lejano, el palpitar en el deseo, a los “graffitis en el cielo”, título de uno de los libros de la obra poética de Norma Menassa, una estrella que embelleció las calles de Málaga con su presencia, con sus letras, con los contoneos de sus versos, cuerpo de sol y de cabellos en libertad. Indómita mujer, sensible a su época, a sus gentes, de palabras rotundas que abre con fuerza la intensidad del vivir y la diversión en el instante que corresponde, que explosiona con el sabor a primavera. Comprometida con el fervor de la sustancia poética que pasó por su cuerpo, por sus manos, penetrando el tiempo, dejaste, con tu poesía un ramillete de senderos vivos que darán paso a los amaneceres de todas las ciudades. Maravillosa, te esperamos y seguimos forjándonos, en tus lecturas, que generosa nos dejaste, para reencontrarnos.
Helena Trujillo, magnífica con su presencia arrebatadora, con la inteligencia de su hacer y del saber que pronuncian sus labios. Ilustraste, polifacética, la significación que adquieren la salud, el trabajo y la libertad. El trabajo es un don, dijiste, parafraseando al poeta, “con el trabajo se puede modificar la naturaleza, la vida del hombre, los sueños, los sentimientos del hombre y sin trabajo no sería posible ninguno de los actos humanos... tampoco hay amor posible sin trabajo”. Nos instastes a seguir adelante, a que uno no tiene que transigir a las cosas que no son justas. Seguir adelante con los proyectos, donde la historia pondrá las cosas en su sitio. Salud, trabajo y amor son posibles, nos impulsaste a conocer la cultura, a darle un giro, una vuelta a las situaciones donde tomando las palabras de la poesía, los instrumentos de la ciencia hacer otra cosa de los obstáculos y las sombras. Con tus guiños de Marquesa del tango, enriqueciste la ciudad donde te vio nacer, con una alegría de lunar pintando en las páginas de todos tus libros, del cante gracioso y ondulado que invita a bailar haciendo un ocho en la tarde malagueña.
Clemence Loonis, con tu chorro de voz inmenso, fuegos artificiales, que explosionan en tu silueta de mujer, en las calles que son versos del maestro, y que tañes magnífica sus enseñanzas e inauguras en las puestas de sol con tu cantar un nuevo espacio donde es posible la vida, la poesía y el psicoanálisis, la canción y el arte. Intrépida en la aventura del vivir, transmites en la fuerza del canto tanta viveza...
La cultura se vistió de Málaga y lo que está por venir.
Gracias por vuestro trabajar constante por la cultura, la salud y la humanidad, mujeres del Grupo Cero.
Laura López
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