ADICCIONES Y DROGADICCIÓN
Freud nos dice en su texto de “El Malestar en la Cultura", que, en la vida, en la búsqueda del hombre de la felicidad, hay tres paliativos para los sufrimientos, decepciones y frustraciones que nos depara la vida (las fuentes de mayor sufrimiento en la vida son el propio cuerpo, que está destinado a sumirse en un deterioro, el mundo exterior y las relaciones con otros humanos). Y estos paliativos son: distracciones poderosas, satisfacciones sustitutivas (arte, investigación, creación...) y los narcóticos, para hacernos insensibles a los sufrimientos de la vida.Es necesario hablar de la drogadicción y de las adicciones, no ya desde un registro moral, porque es fácil caer en las opiniones,sino desde un registro objetivo y científico.
PUNTO
NÚMERO 1. No es que te “toque” un hijo adicto, la salud es una
producción, y habremos de ver qué sexualidad familiar (nos
referimos a las relaciones y posicionamientos psíquicos en la
familia, la gestión emocional y sexual que se transmite en la misma,
los límites, la educación en la frustración, que tiene que ver con
la consecución o postergación de sus deseos inmediatos...) Cuando
hablan de noticias sobre el incremento de la drogadicción en la
sociedad (también habría que investigar ese titular), habríamos
de preguntarnos qué está ocurriendo, no eludir la responsabilidad y
pensar que somos superhombres o supermujeres y que no tiene nada que
ver con nosotros, porque tanto sanos como enfermos tenemos los mismos
mecanimos psíquicos.A
veces también se llega a culpar a los amigos, el entorno, porque hay
épocas en el desarrollo, como en la metamorfosis de la pubertad, en
la que tienen que ir abandonando esas primera figuras familiares,
identificándose con sus iguales, y esto también conlleva a veces
realizar conductas un poco al límite, donde se juega con la
autoridad, la rebeldía.. y donde uno se siente partícipe de ese
amor en el grupo. ¿No creen que habría que trabajar esa parte de
gestión emocional y sexual en los chicos?¿Hay una adecuada
educación psicosexual?¿Nos enseñan a ser felices teniendo en
cuenta la idiosincracia de cada persona? ¿Hay tal vez una ausencia de
ilusión hacia el futuro? ¿No creen que las vías para las
adicciones son más amplias que las de la cultura y las del trabajo?
¿Se cuida la salud psíquica de las personas y la salud social?
PUNTO
NÚMERO 2. Podemos afirmar que las adicciones y la drogadicción son
el síntoma, no la enfermedad en sí, y hay un transfondo de
neurosis. Hay un conflicto psíquico de fondo, cuyo resultado
visible, digamos, la punta del iceberg, la manera de resolverlo, es
la adicción. Es una mala solución, pero al fin y al cabo una fuga
de esa realidad tan intolerable de la que se aparta a través de las
adicciones. Podríamos ver en la metáfora del placer con el pecho
materno, donde hay una regresión infantil a ese periodo,a esa etapa
oral, en el que una madre totipotente colmaba sus necesidades y donde
era sujeto pasivo, una especie de ensimismamiento, como ocurre en la
persona con una adicción.
PUNTO
NÚMERO 3. En psicoanálisis no nos importa el objeto, ya que no es
la cualidad del objeto lo que hace al adicto, sino que se puede ser
adicto a cualquier cosa como a objetos materiales, sustancias, a
personas (amigos, pareja, familiares...) o acciones (comer, internet,
el sexo...). Hay un complejo proceso psíquico que acontece en el
adicto. Etimológicamente
adicto es un falto (a) de palabra (dictum). podríamos decir que es
un mundo de goce sin palabras, que está fuera de los limites del yo
y del cuerpo. Un adicto está en el terreno de lo imaginario y la
alucinación. Hay que
diferenciar uso de abuso , para qué se utiliza. No es lo mismo
celebrar que estar colocado siempre. Con esa angustia ante las cosas
nuevas, se queda detenido en la angustia. Esa es la castración en
psicoanálisis. Para
el psicoanálisis la adicción no es una enfermedad, es un síntoma.
es un síntoma de la neurosis. Hay un conflicto inconsciente
subyascente.En
la neurosis el sujeto se aparta de la realidad o de un fragmento de
la misma, porque se le hace intolerable. Vive excluido de esa
realidad y la sustituye por una nueva realidad imaginaria. Puede
haber una base melancólica, de angustia...porque cada
caso es diferente, hay una estructura psíquica que lo sostiene.
PUNTO
NÚMERO 4. Es muy importante también que sepamos del concepto de
Inconsciente, que no es que uno sea un “inconsciente”, utilizado
como falta de responsabilidad, sino que lo inconsciente es donde
anidan todo ese entramado de la sexualidad infantil reprimida, que se
refiere a los deseos prohibidos, los celos, la envidia, la
hostilidad, el odio...que se forjan en el desarrollo del niño a
través de las primeras figuras familiares y que tienen que irse
reprimiendo para poder ser un sujeto humano. Renunciar a ciertos
deseos porque el principio de realidad me dice lo que es conveniente y lo que no.
En una persona que padece de adicciones, también se encuentra la
estructura de la represión, que padece de represiones, cuestiones
con su moral y sus deseos, su posicionamiento ante los mismos, que le
hacen resolver a través de la vía de la adicción, regresando a
etapas anteriores infantiles autoeróticas. Esto nos pasa a todos en
cierta medida, porque lo que sí se descubre en psicoanálisis es que
tanto sanos como enfermos tenemos los mismos mecanismos psíquicos.
¿Quién no alguna vez comió de más, habló de más...aún más
allá de lo necesario? Todo está tocado por la palabra. Todo
lo que acontece en mi vida tiene participación inconsciente, hay un
otro de mí que vemos en los sueños, los síntomas, los lapsus, los
olvidos...Hasta la elección de pareja (que siempre es en referencia
a mí o lo familiar). También en las adicciones hay un sustrato
inconsciente. A estas alturas ya debemos estar de acuerdo en que no
podemos explicar al ser humano, su conducta, el psiquismo, a través
de la lógica y la razón. No es que conscientemente (no puede
separarse el sujeto psíquico, es un todo) elijo la droga, claro que
la eliges, pero hay una base inconsciente que te hace resolver de esa
manera. Hay una cuestión más compleja de fondo, no es sólo
reducible a que hay personas con más voluntad que otras, o
catalogarlas en adictos, sino que eso, en esa persona, tiene una
razón de ser inconsciente (que esto no significa que se eluda la
responsabilidad, sino que te habla de una complejidad más allá de
lo aparente). A veces hay cuestiones reprimidas que no pueden ser
desanudadas y se convierten en la persona en conflictos constantes,
donde se hace intolerable uno mismo, sus propios deseos, y de uno
mismo no se puede huir. En esa huida, hay una transacción, que es el
síntoma.Por
eso es que las terapias que refuerzan el yo y te hablan de control y
de voluntad, no llegan a alcanzar el nudo de la cuestión y a
deshacerlo. Reprimen aún más a la persona y no llegan a producir
una transformación en esa “personalidad” del adicto, que es una
posición psíquica ante sus deseos y ante su realidad psíquica.En
el tratamiento multidisciplinar en los problemas de adicción y
drogadicción ha de incluirse el Psicoanálisis, porque si no se
tienen en cuenta la parte inconsciente de la personalidad, no habrá
una transformación real y duradera. Nuestra verdad aparece en cómo
nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.
Laura Lópes, Psicoanalista Grupo Cero
Telf.:
0034 610 86 53 55
www.psicoanalistaenmalaga.com
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