EL GOCE EN LA TERCERA EDAD

“La vejez a mí, también, quiso tragarme.
Hubo un instante en mi vida que mis arrugas y mis dolores
tenían más fuerza que mi pensamiento. En ese instante fue
donde envejecí.
Cuando me di cuenta que el poder sobre mí no era yo
sino las palabras
no envejecí jamás.”
Miguel Oscar Menassa


   Hablar de vejez, tercera edad, en muchas personas, es estar sometidos a prejuicios como la enfermedad, la muerte, la decrepitud, tristeza, olvido, impotencia... Cabría reflexionar ¿qué es la juventud? ¿qué prejuicios tengo acerca de la tercera edad? ¿cómo trabajo para el futuro? ¿qué modelos de referencia tengo acerca de esta etapa de la vida? ¿Cuál es tu posición ante tus deseos?
   El alma no se arruga y lo que sostiene nuestro cuerpo es el deseo. El cuerpo va a ser el escenario de lo psíquico. Una persona que se rodea de otras, que le sostienen múltiples proyectos para el futuro, es imposible que envejezca, en el sentido de que siempre va a ser joven. El ser humano pasa por etapas en las que en unas desarrolla unas actividades y en otras, otras, con los medios que tenga disponibles. 
   Aprender le da a uno esa sensación de juventud, estar en la vida, dejarse sorprender a cada instante. Ahí es donde acontece el goce en el ser humano. Pero en determinados niveles, adolecemos de una gran represión sexual.
     Para el Psicoanálisis sexualidad es todo lo tocado por la palabra. Lo genital está incluido, pero es sólo una de las esferas de la persona. Sexualidad es tomar decisiones, hablar, trabajar, amar, la creación... implica el despliegue de nuestra energía psíquica, la libido, en todo lo que nos hace ser humanos en relación con otros. 
   Con represión sexual nos referimos a cómo cohíbo esa energía, cómo no la despliego para vivir, cómo no me permito poner toda esa energía de la que disponemos en la realidad y esto, nada tiene que ver con la edad cronológica, sino en qué pensamiento habito. Y la forma de pensar es inconsciente, es decir, sabemos cómo pensamos en cómo vivimos, como desplegamos esa sexualidad, cómo nos jugamos cada vez. El mayor enemigo es uno mismo.
  Como ejemplo de esta cuestión de la represión está en la historia de la mujer, que ha estado fuertemente reprimida durante épocas, siendo solamente objeto de deseo y no sujeto deseante, dueña de su propia vida y sus decisiones. Lo que al hombre le estaba permitido con la doble moral, la mujer caía en la culpa, la insatisfacción o la enfermedad.
   Ser joven es una propuesta de la mente.Hay personas que tienen menos edad y son viejos de pensamiento, las ideas que les sostienen les llevan a no gozar de la vida, a vivir apagados, consumidos por la desidia y el aislamiento. Por eso que es posible otra tercera edad. El deseo ha de sostenerse en la riqueza que nos dan las relaciones sociales, los compromisos, que permiten habitar en la salud, la alegría y el amor. La salud tiene que ver con la capacidad de sustitución, un ideal por otro, un amor por otro...
    El psicoanálisis se ocupa de la represión sexual, porque hay muchas palabras que no se pueden combinar con otras y, por ende, abrir otras realidades, personas que no se soportan ni se toleran, situaciones que no se atreven a pensar tan siquiera...
En muchas personas hay una represión excesiva, impidiéndoles gozar de la vida, repercutiendo en lo social, la inteligencia, las actividades... 
    Vivir mejor años futuros es habitar en pensamientos que permitan otras formas de pensar la tercera edad y el psicoanálisis es la herramienta que le permite a uno abrir esa puerta, desarrollarse y gozar los años venideros.

Laura López, Psicoanalista Grupo Cero 
Telf.: 610 86 53 55
www.psicoanalistaenmalaga.com



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