ASPERGER: UN ABORDAJE TERAPEÚTICO


 


    El síndrome de asperger está considerado como un trastorno en el desarrollo que afecta a la interacción social y a la comunicación. En el año 1994 fue incluido en el Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM IV).Se le ha incluido en Trastornos del Espectro Autista.


    En la persona con asperger hay una inflexibilidad en el pensamiento, rigidez, con rutinas repetitivas, rituales, inflexibilidad. Suelen considerárseles como personas raras, excéntricas, ya que presentan dificultades en sus relaciones, donde no suelen dar respuestas sociales y emocionales adecuadas, con dificultades para entender la comunicación no verbal como gestos, tono de voz, expresiones faciales... Tienen inconvenientes para saber cuándo finalizar una conversación, son muy literales, donde les cuesta articular las metáforas, los chistes, las bromas... Tienen expresiones muy correctas y a veces utilizan el lenguaje de manera muy formal. Les cuesta expresar emociones y pareciera que no tienen en cuenta a los demás , pues les cuesta el lenguaje emocional, detectar, saber cómo se sienten los demás. Pueden tener respuestas inadecuadas, desproporcionadas, consideradas antisociales . Les cuesta adaptarse a los cambios y a situaciones novedosas o poco previsibles.    

    Suelen también ser personas con intereses concretos en campos específicos de manera que les absorben y centran toda su atención, llegando a desarrollar grandes habilidades y sobresalir en ciertas actividades relacionadas por ejemplo con la memoria, la ciencia...


    Más allá del diagnóstico, de las etiquetas y de lo clasificable, debemos dar cuenta que todo en el ser humano se construye, que somos el producto efecto de un trabajo y que estamos en una continua evolución y desarrollo. Todas las personas tenemos que transformar nuestro narcisismo para convivir con los demás, incluir lo diferente, humanizarnos, y en ese proceso a veces acontecen fijaciones, detenciones, dificultades. En el síndrome de asperger hemos indicado que hay un trastorno en el desarrollo, por lo cual es muy necesario incluir un abordaje terapeútico psicoanalítico porque va a permitir construir una realidad psíquica más evolucionada. El desarrollo psíquico tiene que ver con el lenguaje, con ser hablantes. Nacemos prematuros y es a través de la educación y las relaciones con los otros que accedemos al mundo. Nuestras tendencias primitivas, egoístas se han de ir modificando, dándoles un cauce más civilizado y adecuado para poder convivir con otras personas. Pero en ocasiones hay, dentro de la singularidad del proceso de cada cual, fijaciones, dificultades, que el psicoanálisis se convierte en un aliado principal para procesos de  madurez psíquica y de transformación. Sigmund Freud señaló que tanto sanos como enfermos tienen los mismos mecanismos psíquicos, lo que abre un campo a la construcción de la salud. 

    Todas las capacidades pueden ser desarrolladas en el ser humano. Es necesario poner nuestras miras en entender ciertas patologías etiquetadas como modificables, donde es a través del trabajo terapeútico psicoanalítico donde  se van a producir las transformaciones necesarias porque tiene que ver con posiciones psíquicas en el lenguaje, detenciones en el desarrollo afectivo sexual, conflictos entre esa disposición primitiva, el encuentro con los otros y la posibilidad de creación donde se le dan un cauce más adecuado a las pulsiones primigenias que en el síndrome de asperger se gestionan de manera particular. 


                                                                    Laura López  psicóloga y Psicoanalista

                      en formación continua con Grupo Cero

                                                                                              www.lauralopezgarcia.com         


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