AMAR SIN POSEER: EL RETO DE SOLTAR EL CONTROL EN LA PAREJA





Frases como “¿con quién estabas?”, “¿por qué no contestaste?”, “ven ya o no puedo seguir…” forman parte de una dinámica cotidiana que muchas veces no se cuestiona. Otras veces, ni siquiera se expresan palabras: el miedo al conflicto impide que se establezcan acuerdos o límites básicos. El resultado es una tensión constante que daña la relación, aunque en apariencia todo parezca normal.

Muchas parejas enfrentan dificultades que no se originan en lo evidente, sino en una necesidad silenciosa pero persistente: controlar al otro. Esa necesidad nace del temor a ser engañado, de la ansiedad ante los cambios inevitables del vínculo, de la evolución personal de cada uno y del deseo de seguridad frente a la incertidumbre.

También emergen pensamientos no dichos: “¿Y si se enamora de otra persona?”, “¿y si me deja?”, “¿por qué no podemos quedarnos como estamos?” Aunque no se verbalicen, estos interrogantes aparecen en actitudes, reacciones o decisiones que apuntan a mantener al otro “en su lugar”, como si eso garantizara la estabilidad.

Pero el amor no puede florecer en estructuras rígidas. A veces, sin darnos cuenta, caemos en pactos que nos inmovilizan: “yo dejo esto, si tú renuncias a aquello”. Y poco a poco, el deseo genuino se silencia. No hablo del deseo impuesto por normas o expectativas sociales, sino del que nace del interior, ese que da sentido a nuestros pasos y decisiones.

Cuando se ignora ese deseo, aparecen los síntomas: distancia emocional, pérdida de intimidad, discusiones sin sentido, e incluso angustia existencial. La pareja comienza a operar desde la represión y no desde la conexión. Lo que fue un encuentro se convierte en una estrategia de control mutuo.

El control que ejercemos sobre el otro, en realidad, dice más de nosotros que de quien amamos. Es una forma de lidiar con lo que no podemos manejar en nosotros mismos, con partes propias que tememos reconocer. Y proyectamos esa incomodidad en la pareja.

Aceptar que no existe nadie que nos complete totalmente puede ser liberador. La plenitud no está en el otro, sino en el deseo que nos impulsa a construir, crecer, crear proyectos. En ese trayecto, es donde realmente compartimos, dialogamos, nos encontramos.

Buscar apoyo en terapia de pareja psicoanalítica puede ser una forma poderosa de descubrir nuevas formas de estar juntos, sin reprimir ni imponerse. No se trata de controlar, sino de convivir desde el respeto, la autenticidad y el deseo compartido.

En lugar de amoldarse a modelos ajenos, es posible crear una historia única, en la que la pareja no sea una cárcel, sino un espacio de libertad mutua, de escucha y construcción. Dejar el control no es caer en el caos, sino abrirse al movimiento real de la vida.

Laura López, Psicóloga-Psicoanalista
Terapia de pareja
www.lauralopezgarcia.com


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