EPITAFIO A LOS DERECHOS HUMANOS
La muerte de un líder
político en manos de un pueblo enfebrecido por el odio pone en la
palestra el verdadero sentido de los derechos humanos. Cuando en una
comunidad humana hay una rebelión contra alguna injusticia, su
cometido es favorecer un nuevo progreso de la cultura. Pero, cuando
los medios entran en el orden del primitivismo, resultan ser
incompatibles. Si se llama “fuerza bruta” a la fuerza individual,
bajo el ala de los instintos, y “derecho” a la unión de de la
vida humana para el bien común ¿significa un retroceso en ese paso
hacia la cultura? Sin entrar a cuestionar aspectos en su manera de
dirigir el gobierno ¿es ésta la manera de regular las relaciones
sociales, familiares, del Estado? Si nos tomáramos la justicia por
nuestra mano, el ojo por ojo, quedando al arbitrio del individuo,
imperando la ley del más fuerte, volveríamos a la época de las
cavernas, donde se hizo necesario regular leyes para salvaguardar la
figura de autoridad pues aunque cayera, al final, siempre, habría
alguien que ocupara ese lugar y las luchas constantes hubieran
impedido la sociedad humana y en el caos hubiera sucumbido el hombre
como especie. El ser humano ha de ser capaz de transformar la
realidad si no le parece adecuada ¿pero el fin justifica los medios?
Ni huir, ni arremeter, ni asesinar (añadiría), aprender a conversar
tranquilamente, es lo que enseña el amor.
Laura
López psicóloga-psicoanalista
lauralopez@psicoanalistaenmalaga.com
610865355
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