NO CONFIAR TAMBIÉN TIENE QUE VER CON EL NARCISISMO
La confianza está relacionada con esa seguridad en uno mismo y en los otros que conlleva poder utilizar la energía psíquica para desplegarla en la realidad. Es tan importante, que sin confianza no hay desarrollo.
Cuando el niño nace no es sino entregando su vida a los otros, a las funciones que le cuidan, que va conformando su yo y renunciando a sus instintos para que le amen y, posteriormente construir una amor más social.
En ocasiones, las personas quedan muy aferradas a esos ideales de la infancia, desde donde parte el ideal del yo. Los ideales son ideales, no son para cumplirlos, y se puede caer en una exigencia que, al fin y al cabo llevan a la inacción, al bloqueo. El ser humano no abandona gustoso posiciones anteriores y le cuesta renunciar a la perfección de la niñez, en el cual él era su propio ideal. La producción de un ideal eleva las exigencias del yo y favorece más que nada la represión. Es como quedarse más en los pensamientos, en la fantasía, y no trabajar para conseguir los logros. Se evoluciona, se puede transformar la realidad, cuando se retira la energía psíquica del yo y queda libre para ello.
El aumento de confianza está relacionado con todo lo que la persona logra o consigue, pero si se aferra solamente a lo ideal y niega los pasos que ha realizado, cae en esa falta de confianza.
El amor también es un fuente de confianza en uno mismo. No ser amado lleva a una disminución de ese amor propio y serlo lo aumenta. Pero, en los procesos de enamoramiento, vemos que la persona se pierde en el otro, pierde su yo, identificándose a la otra persona, haciendo mella en su amor propio. En el enamoramiento hay ha un ideal que posee las perfecciones que él o ella no puede alcanzar.
En los procesos melancólicos, también hay una falta de autoestima. Se pierde un ideal, a una persona, y acaba menospreciándose, por el proceso de identificación. La sombra de lo perdido cae sobre el yo.
Con todo esto podríamos llegar a pensar que la desconfianza en los demás no es más que un reflejo de la propia desconfianza, que se proyecta en los otros. Nuestros sentidos nos engañan y lo que digo que no confío en el otro, puede ser por cuestiones conmigo mismo, con mi deseo, que las proyecto.
No estamos hablando aquí de una confianza en la que llego a un acuerdo con el otro y me falla. Esto habría que pensarlo, porque tal vez también se trata de pactos ideales, donde hay una imposibilidad de consecución y donde tiene que haber una lectura psicoanalítica. Es como si estuviéramos viendo un cuadro impresionista donde solo hay puntitos si estamos cerca. Si tomamos distancia con otra mirada, veremos otra composición pictórica.
Muchas frases de que no confío en tal persona, tal otra, tienen más que ver con proyecciones de uno mismo, es decir, con deseos propios por ejemplo de infidelidad, de hostilidad, de envidia...que desplazo en el otro, siendo así cegada mi conciencia y culpando en algo externo algo que acontece en mí de manera reprimida. Tiene que ver con nuestra realidad psíquica, la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestros deseos que generan lo que nos pasa. Si una y otra vez ocurre una historia de traiciones, puede estar relacionado con la culpa inconsciente, donde se dirigen los pasos para buscar castigo.
Además, muchas veces, se confunde la confianza con entregar la vida al otro y ahí, nos traiciona. Hay que hacer lo conveniente, establecer también unos límites.
Si hay una falta de confianza, de amor propio, no es suficiente con darte ánimos, hay resistencias a los cambios, una tensión psíquica.
La no confianza también tiene que que ver con el narcisismo, con la imposibilidad de generar pactos y relaciones con los otros. En ocasiones, necesitamos de otras palabras, otras compañías, porque muchos propósitos se quedan en fantasías. Si no se construye esa compañía necesaria, habrá que pensar que hay contradicciones en uno mismo. El deseo se muestra cuando pasa, ahí sabemos que hubo y en lo que nos pasa algún deseo inconsciente se cumple.
Laura López, Psicoanalista Grupo Cero
Telf.: 610 86 53 55
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