HAY HOMBRES QUE NO PUEDEN SER POTENTES CON SU PAREJA
“Me duele la cabeza”, “tengo mucho trabajo”, “estoy estresado”, “no me apetece”… son frases que se exponen a modo de telón que ocultan una problemática con el amor y el deseo. HAY HOMBRES QUE, CUANDO EL AMOR SE VA FORJANDO EN SU RELACIÓN, SU DESEO SEXUAL DESAPARECE. Detrás de las excusas se esconde una imposibilidad en el deseo.
Se puede llegar a creer, como parte de esa ideología dominante (que falsea la complejidad humana), que cuando no pueden mantenerse relaciones sexuales con la pareja es porque no se está enamorado y ahí falta el deseo. ES UN GRAVE ERROR. Precisamente es cuando en estas personas aparece el amor, en estas personas, que el deseo sucumbe.
No saben cómo afrontar la situación porque, aunque indican que es una “buena mujer”, resaltan sus cualidades y confiesan que la quieren, NO SABEN PORQUÉ NO PUEDEN DESEARLAS. En cambio, con otras mujeres a las que no les une ningún sentimiento amoroso, no les pasa. Si escuchamos las frases que se pronuncian en torno a las descripciones de la mujer a la que aman, vemos que están vinculadas a adjetivos que denotan cierta pureza moral, idealización.
En su relato latente, la relación tiene lazos invisibles que llevan a ese concepto de la madre y a una relación muy familiarizada. LAS CARACTERÍSTICAS MATERNAS PERMANECEN IMPRESAS EN LOS OBJETOS ERÓTICOS ULTERIORES, es decir, en la pareja, y vemos la estela de esa novela familiar demostrada en el análisis a través de los recuerdos encubridores, fantasías, sueños, en las que hay una antítesis inconsciente entre la madre y la prostituta se simbolizan y disocian en la mujer actual.
En muchas de estas relaciones, vemos que ella le prohíbe ciertas relaciones, ir a lugares determinados, se tienen que pedir permiso para todo, se lo cuentan todo… como a la mamá. No son hombre y mujer, son mamá e hijo. Las relaciones se “familiarizan” de tal manera, que la mujer cae en el lugar de esa madre de la infancia casta y pura. ¿Así cómo pueden mantenerse relaciones sexuales con esa mujer?
Se excitan con mujeres donde la “pureza” y “fidelidad” puedan ponerse en duda. HAY UNA DISOCIACIÓN EN EL AMOR Y EL DESEO y no lo pueden aunar en el mismo objeto, o sea, en la mujer que aman.
SU DESEO EXIGE ESA LIVIANDAD DE LA MUJER, e incluso pueden albergar historias tormentosas de celos en las que esa necesidad se mantiene. Sólo cuando arden en celos alcanza su amor máxima intensidad y adquiere la mujer pleno valor.
En ciertos hombres con esta circunstancia, no muestran ningún deseo de ser los únicos para esa mujer y pueden llegar a sentirse muy bien en el triángulo amoroso. Hay quien incluso no pone objeción alguna a que esa mujer mantenga relaciones con otro, se casen. Incluso de alguna manera lo facilitan, pudiendo no mostrar celos algunos hacia el marido.
Hay quien obliga a su amante a cesar todo comercio sexual con el otro, pero precisamente cuando se cesa, es cuando también cesa el deseo y se abandona la relación.
En estos trastornos del deseo y el amor el Psicoanálisis es la terapia fundamental que cura de esas disposiciones en las relaciones. Hay muchas formas de vivir y se puede gozar de cualquier cosa.
Laura López, Psicoanalista Grupo Cero
y Terapia de Pareja y Sexualidad
Telf.: 610 86 53 55
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