PSICOSIS: CONVERSACIONES DESDE PUNTOS DE VISTA PSICOANALÍTICOS

 




   Antes que el psicoanálisis se ocupara de la locura los tratamientos se dividían en dos:

  - Los que maltrataban al paciente haciéndole responsable de su padecimiento.

  - Los que le trataban haciéndole irresponsable de todos sus padecimientos. El paciente quedaba aislado, tanto de una manera como de otra. Si era culpable, se le condenaba a la soledad, se ahondaba aún más en su problema. Si era inocente se le acompañaba demasiado se ahondaba en otro de sus problemas.

 Antes del pensamiento terapeútico sobre la psicosis hubo tendencias a la segregación social, a la incapacitación jurídica, a la injuria, a la burla, al castigo , a la reclusión...Pero también hubo tendencias que por lo menos le daban un trato

   Se llegó a confundir la locura con la creación. O se llegó a hablarle al psicótico en su mismo lenguaje, cosa peor aún.

   Es importante que establezca un lazo. El lazo con el psicoanalista, la relación, hace que en la psicosis ya no se esté solo. Ha comenzado para la locura una conversación.

   Es como si no le faltara nada al psicótico, como si fuera un colgajo de la madre en términos de su evolución psíquica. El es el colgajo que la completa. Hay algo único, completo, inmortal. Hace entonces una unidad, un paraíso sin voz. Eso es lo que el psicótico defiende. No es tarea fácil arrancar al psicótico del cuerpo de la madre. Es como si quisiera ser un potro salvaje en plena libertad siempre. Como si en su decir indicara que pertenece a una raza de hombres que no se reproducen por sexuación y que, por tanto, son criaturas inmortales.

   La psicosis tiene que ver con la condición mortal del ser humano. No se trata del rechazo del tres edípico. El sujeto forcluye que todo ha de terminar algún día.

   Indica el doctor Miguel Oscar Menassa: "no es precisamente humanidad lo que ambiciona el discurso psicótico sino, más bien, una palabra que por su brusquedad interrumpa el flujo de lo que teniendo que ser deseo, todavía es necesidad en él."

   Ha de separar la palabra de la cosa. Si el neurótico habita el lenguaje, el psicótico es habitado, poseído por el lenguaje. Los delirios son fantasías habladas. El psicótico reemplaza la fantasía por la alucinación y la polisemia de las palabras que decía o escuchaba no tenían polisemia, porque en el delirio cada palabra quiere decir una sola cosa.

   Freud toma un caso clínico de uno de sus discípulos donde las entrevistas, la paciente dice: “Los ojos no están derechos, están torcidos". Se refiere a su amado que es un hipócrita un "torcedor de ojos", él le ha torcido los ojos y ahora ella tiene los ojos torcidos. Estos no son más sus ojos,  ella ve el mundo con otros ojos. Su lenguaje es de "órgano", es decir, tiene una relación particular con el órgano.

   La histérica por ejemplo habría torcido convulsivamente los ojos sin tener conciencia sobre el pensamiento que se encuentra en la base de la conversión y a su vez, habría sido incapaz de exteriorizar ese pensamiento de manera consciente sin atravesar un psicoanálisis.

  El psicoanálisis levanta síntomas que descansan en el mecanismo de la represión.

  Debemos saber que la enfermedad es una reacción de la persona frente al mundo. Somos cuerpo biológico y aparato psíquico. La salud mental es un trabajo y hablar de salud mental es hablar de desviaciones en la disposición psíquica normal.  En el ser humano hay ciertas disposiciones "instintivas" (más bien pulsionales).     No somos una criatura tierna y necesitada de amor en nosotros hay agresividad. La cultura viene a ponernos barreras. El ser primitivo estaba menos agobiado, ya que no tenía tantos sacrificios pues no conocía esa restricción de los instintos, pero no podía gozar largo tiempo de esos placeres inmediatos. Las personas que menos soportan las frustraciones son las que más enferman. Los síntomas son satisfacciones sustitutivas que les deparan sufrimientos.

  Para hacernos humanos debemos de ceder una parte de nuestro narcisismo. Para ello hay un recorrido desde la unión a la función madre, hasta constituir nuestra propia imagen y nuestro yo.

    Enfermamos porque hemos apartado nuestra energía psíquica de la realidad, se ha producido una regresión a un estado anterior, infantil. Lo que nos enferma es la relación con nuestra sexualidad, la represión de nuestra sexualidad, de nuestra manera de relacionarnos con los otros

  En la enfermedad se huye a una realidad que resulta mas satisfactoria para el sujeto.

   Es una manera de no aceptar la ley que regula las relaciones humanas y que es común a todos nuestro psiquismo recorre el mismo camino que el hombre primitivo realizó desde la primacía de los instintos a la regulación de la cultura, la ley la moral. La salud mental no depende sólo del individuo, somos un sujeto social, somos producto-efecto de un sistema.

   Ciertas tendencias o pulsiones van a ser reprimidas y apartadas pero no desaparecen, van a ejercer su acción, buscan ser satisfechas. El centro de nuestra vida psíquica es el inconsciente, no podemos huir de ello. 

  

¿Es hereditario?

Para que se desarrolle la psicosis no se trata de que tenga o no tenga padre, sino que en la madre esté esa función padre.  Hablamos de un sentido simbólico, no real. La función padre va a permitir que se separe ese cachorro humano de la célula narcisista.

Lo que se reproduce es la estructura familiar.  Por eso es importante una actuación también sobre la familia. Una institución puede generarle un padre. El niño no desea sino exactamente el deseo de la madre, hay que tratar el cuerpo familiar. El padre entra por el deseo de la madre, si no, no entra. No es cuestión de un padre fuerte, porque por más severo que sea con el hijo, si la madre no hace intervenir la ley del padre, hace de él un psicótico. Va a interrumpir la célula narcisística, tan necesario también para su desarrollo. Si ella no tiene deseo, entonces no hay interrupción. Hay como una frigidez en ella, una represión. La frígida no siente nada, no presta atención a la sensibilidad del niño. La llegada de un tercero es la interrupción y negación de la existencia del niño como otra cosa diferente de ella. En toda psicosis infantil la resolución está en la identidad sexual y en la psicosis en los padres .



¿Qué ocurre en la psicosis?

Es una expresión de rebeldía del ello contra el mundo exterior o su incapacidad para adaptarse a la realidad.

La neurosis por ejemplo evita un trozo de realidad, pero no niega la realidad, no quiere saber nada de ella. El yo se niega a llevar adelante una acción en el mundo exterior que represente las tendencias instintivas del ello. se defiende con el mecanismo de represión. Y busca satisfacciones  sustitutivsa en los síntomas. Al yo le parece algo ajeno los síntomas . Es el superyo el que lleva al yo a reprimir en contra del ello

En la psicosis hay forclusión, borra esa parte de la realidad e intenta sustituirla. Queda excluida la entrada de nuevas percepciones. El yo busca un nuevo mundo, construido de acuerdo al ello.

En observaciones sobre un caso de paranoia del doctor en Derecho Daniel Pablo Schreber, magistrado de los Tribunales de Sajonia, Freud hace un estudio de su autobiografía.  Estuvo dos veces enfermo, una de ellas al hacerse cargo del puesto del presidente del tribunal de Dresden.  En duerme vela dice, tuvo idea que debía de ser muy agradable ser una mujer en el momento del coito. 

Hay que tener en cuenta lo inconsciente para tratar la realidad psíquica de un delirio, de un sueño. Son deseos inconscientes reprimidos, disfrazados.  Freud estudió las características de los  síntomas delirantes de Schreber: su relación con Dios, ha sido elegido para llevar a cabo una misión pero después se va a convertir en un enemigo con el doctor Fisher y por otra la cuestión de la transformación de Schreber en mujer. Son los dos pilares fundamentales de su delirio. Empezó como una cuestión sexual y acabó con la mística . La relación con el doctor Flechsig al principio fue muy positiva y luego va a ser su perseguidor ¿por qué? Es muy común en el mecanismo paranoico , fue una presencia que establecía un vinculo emocional fuerte, hay un giro de la enfermedad. El paciente dice que se transforma en mujer en su delirio, no quiere pero por obra divin él se transforma en una mujer para cumplir su misión de reproducir hijos de Dios, entonces ahí las persecuciones se hacen mas frecuentes por parte de Flechsig, en su delirio. 

Los delirios y las alucinaciones son una formación del inconsciente, son deseos inconscientes, reprimidos, correspondientes a la sexualidad infantil, con características edípicas, disfrazados. 

El psicoanálisis permite que la "locura" hable y se transforme.


Laura López psicóloga colegiada 

y psicoanalista en formación continua 

con Grupo Cero 

www.lauralopezgarcia.com


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