¿FORMA LA AGRESIVIDAD PARTE DE MÍ?
El ser humano no es una
criatura tierna que solamente se defendería si se le atacara. Todos
tenemos implícita cierta cuota de agresividad. El niño pasa por el
estadio del espejo, por el cual frente a la imagen de los otros,
especialmente del cuerpo de la madre, se constituye también su
propio cuerpo. Sentía su cuerpo como fragmentado pero el reflejo en
el otro le devuelve su propia imagen entera. Esa tensión interna
genera el nacimiento de su deseo, deseo por el objeto del deseo del
otro, movimiento de crecimiento, y aquí nace el triángulo entre el
prójimo, Yo y el objeto. El yo entonces aparece marcado por esta
agresividad y cada vez que haya una metamorfosis o cambio en él, se
pondrá en juego de nuevo su delimitación, la de su historia más el
ser sujeto del deseo.
Así, la agresividad no
acontece entre dos, sino cuando cada uno se constituye como un otro,
como semejante a otro. Cuando quiero ocupar su lugar es cuando se
muestra la agresividad
Laura López
psicóloga-psicoanalista
Telf 610865355
www.psicoanalistaenmalaga.com
Comentarios
Publicar un comentario